La Luna aparece en el cielo poética, como una postal mágica. Imponente medallón de plata sobre un cielo luctuoso.
Pero la luna es mucho más que un satélite o idea romántica.
Hay quienes dicen que la Luna representa el carácter femenino de la creación, cambiante y cíclico, y también las distintas etapas de la vida.
Conectarse con la Luna implica conocer cada una de sus fases y la influencia que ejercen en nuestra cotidianeidad, estados de ánimo y sensibilidad. Conectarse con la Luna también es reconocer los distintos estados femeninos en cada una de sus fases.
LUNA NUEVA: Se relaciona con el nacimiento, el despertar. Es habitual que en esta etapa exista la fuerte sensación de hacer alguna cosa y no saber que. Es el momento ideal para inspirarse y planificar lo que deseás realizar más adelante. Fase reflexiva, para descansar, meditar, dormir y soñar. Se potencia la intuición y la espiritualidad.
LUNA CRECIENTE: Representa la energía fértil de la mujer. Esta fase está asociada al bienestar y plenitud, a la renovación. Nuestra energía física aumenta, estamos conectados con la acción. Tiempo de actividad y crecimiento personal. Es un buen momento para sanar la autoestima y animarse a nuevos desafíos.
LUNA LLENA: Representa la energía maternal. En esta fase nos conectamos con lo mágico. Es momento de brillar e irradiar nuestra luz. Es una etapa de plenitud, nos rige una fuerza seductora, alegre y magnética. Somos capaces de contener el mundo.
LUNA MENGUANTE: Esta fase representa un período final y al mismo tiempo, el momento de, prepararte para uno nuevo. Etapa de introspección, de ir hacia el interior para concluir y cerrar ciclos; y también para soltar lo que no nos hace bien. Sensación de tristeza, nostalgia y melancolía. Es la fase donde estamos más vulnerables, intolerantes y susceptibles. Es tiempo de reposo, de finalizar proyectos, de reorganizarse.
Miremos la Luna hoy, quizá nos enseñe algo nuevo!
Hasta la próxima Luna Nueva.
Tita
Pd: Dedicado a mi amiga Eva (que no es Eva Luna…)