Aunque muchas personas piensan que son la última esperanza de los poco duchos con las plantas, lo cierto es que no es realmente así. Cómo cuidar un cactus es muy sencillo pero tiene sus peculiaridades. Unas que no podemos dejar al azar si no queremos ver cómo, en poco tiempo, nuestra planta se estropea casi de forma irremediable. ¿Y cuál suele ser el motivo habitual? Un exceso de riego o, incluso, una ausencia de la luz que necesitan.
Por una cuestión de evolución vegetal, los cactus son plantas acostumbradas a condiciones extremas. Por eso, suelen estar en la lista de plantas fáciles de cuidar y son la elección de quienes se inician en el mundo de la jardinería. Pero que esto no nos llame a error. Si tenemos aprecio por nuestras plantas, no podemos menospreciar sus cuidados. Unos que, si bien son poco exigentes, son sumamente específicos y que conviene conocer a fondo para disfrutar de estas singulares bellezas de la naturaleza.
Teniendo esto claro, veamos cómo cuidar un cactus en detalle. Una labor que no solo nos hará mirar a estas plantas con otros ojos. Además, nos permitirá valernos de una de sus cualidades: son una de las plantas purificadoras que limpiarán tu hogar por excelencia.
CÓMO CUIDAR UN CACTUS EN 5 TIPS
Antes de conocer a fondo sus necesidades, es fundamental saber que los cactus no son esa planta aburrida que a priori tenemos en mente. Por más que identifiquemos, únicamente, al clásico cactus lo cierto es que esta familia botánica cuenta con 200 géneros con cerca de 2.500 especies. Un número que nos da idea de la versatilidad y variedad que existe cuándo se habla de estas plantas. Es más: a pesar de la idea preconcebida, no. No todos los cactus tienen pinchos. Algo que se descubre al profundizar en este género de plantas.
A pesar de las particularidades individuales, las pautas de cómo cuidar un cactus son en su mayoría comunes a todos ellos. Un motivo de peso para conocerlas a fondo y poder disfrutar, así, de su cultivo.
1. La luz, uno de los detalles más importantes de cómo cuidar un cactus
Tendemos a pensar que, dado que son plantas que viven sobre todo en desiertos, pueden soportar luz intensa y directa. Sin embargo, la realidad no es estrictamente así. Si bien los cactus necesitan dosis diarias de luz, lo cierto es que hay un buen número de ellos que no soportan el sol directo. Algo que nos harán saber amarilleándose o, incluso, blanqueándose.
Si los cultivamos en interior, lo ideal será que los coloquemos cerca de una ventana con orientación Este. Cultivados en exterior, tendremos que tratar de que no reciban sol en las horas centrales de mayor incidencia.
2. El sustrato, clave para su bienestar
Aunque creamos que el suelo en el que crecen es un asunto menor, nada más lejos de la realidad. De hecho, podemos decir que el sustrato es lo más importante en cómo cuidar un cactus. . Los cactus tienen unas necesidades nutricionales específicas y, además, exigen un suelo que favorezca la eliminación del agua sobrante de riego. Dos razones vitales para su bienestar que obligan, sí o sí, a utilizar un sustrato específico para este tipo de plantas.
Gracias a él, las raíces del cactus estarán hidratadas pero sin correr el riesgo de encharcarse. Además de esto, es fundamental proveer a nuestra planta de un buen drenaje.
3. El riego, moderado y específico
El exceso de agua es, precisamente, una de las principales razones que acaban con los cactus. Pero ojo: por más que sean plantas resistentes a la sequía, no podemos desatender su hidratación especialmente en los meses de crecimiento. Por eso, desde primavera hasta el final del verano tendremos que regar de forma regular.
Y aquí llega la pregunta de oro: ¿cada cuánto se riega un cactus en época de crecimiento? Sencillo: cuando el sustrato, no la capa superficial, esté completamente seco. Algo que solo sabremos introduciendo un dedo o un palillo en el suelo. Cuando no haya ni rastro de humedad, es el momento de regar.
4. La temperatura, otro aspecto crucial
Aunque son plantas todoterreno, no nos confundamos: no les gusta nada el frío. Si bien es cierto que pueden soportar fresco, la mayor parte de los cactus sufren ¡y mucho! expuestos a temperaturas inferiores a 8 grados. Es más: la suma de un sustrato demasiado húmedo y frío es sinónimo de la aparición de hongos. Unos malos compañeros que pueden comprometer la vida de nuestra planta.
Y dado que son frioleros, no: no toleran las heladas.
5. El abono, fundamental para la salud de la planta
A pesar de ser plantas rústicas y de la creencia popular, los cactus también necesitan un extra. Los sucesivos riegos desgastan el suelo y el agua, a su paso, suele llevarse consigo muchos nutrientes que hay en el sustrato.
Por ello, desde el comienzo de primavera hasta que acaba el periodo de desarrollo, es fundamental aplicar una pauta regular de fertilizante específico de cactus. No solo le dará a nuestra planta lo que necesita para crecer: además, estos abonos están diseñados para hacer que la planta retenga mejor el agua.
TRUCOS PARA TENER UN CACTUS PRECIOSO
Tan importante como saber cómo cuidar un cactus es contar con algunos consejos para disfrutar todavía más de ellos. Y es que, a pesar de ser plantas súper resistentes, también tienen sus pequeños secretos de cultivo.
1. No lo riegues en época de reposo
¡Olvídate de él! Desde el otoño hasta la primavera, tu cactus estará en periodo de descanso y, por tanto, no necesitará agua. Respetarlo es sinónimo de salud para él.
2. Cuando lo riegues, hazlo en condiciones
No escatimes con el agua creyendo que va a sentarle mal. Riega en profundidad cuando lo hagas, cerciorándote de que tu planta tiene un buen drenaje.
3. Usa un fungicida con carácter preventivo
¡Clave! Como decíamos antes, los hongos son uno de los principales enemigos de los cactus. Y, por ello y por lo difíciles que son de eliminar, más vale prevenir que curar.
¿Cómo? Aplicando dos veces al año un fungicida de forma preventiva. No solo protegerá a nuestra planta de malas compañías sino que, además, ayudará a incrementar sus defensas naturales ante este tipo de ataques.
4. Alíate con el barro
Solemos preguntarnos cuáles son las mejores macetas para suculentas, pero no para cactus. Y sí: ambas coinciden. Las macetas de barro son las ideales, ya que facilitan la evaporación del agua. Una forma fantástica de evitar que el exceso de humedad nos juegue una mala pasada.
5. Cuántos más pinchos, más tolerancia al sol
Un truco para saber su nivel de tolerancia solar, además de conocer sus necesidades, está relacionado con sus pinchos. Cuantos más tenga un cactus, mayor será su capacidad de recibir sol directo.
¿Te queda alguna duda de cómo cuidar un cactus? ¡Háznoslo saber! Estaremos encantados de ayudarte a disfrutar de estas bellezas naturales.
Fuente: Verdecora